Jornadas de sexo para mayores, ¿son necesarias?

Hace pocos días que han comenzado los conocidos como viajes del IMSERSO, una de las iniciativas que los distintos gobiernos democráticos de nuestro país han mantenido para el ocio en la tercera edad; de esta manera, se garantiza que cualquier persona mayor ya jubilada pueda acceder a viajes recreativos a pesar de tener una renta baja. Todos tenemos parientes, amigos o conocidos que se han beneficiado de este programa a cargo de los Servicios Sociales; y todos tenemos la ilusión de que algún día también seamos nosotros los que disfrutemos también de él. Pero ¿es eso lo único en que se pueden entretener nuestros mayores, viajar a otras localidades, o la oferta lúdica puede ir por otros derroteros?

Como a nadie pillará por sorpresa, la provincia de Málaga recibe a miles de turistas jubilados gracias al IMSERSO, buscando nuestras costas, nuestro clima y nuestra gastronomía; muchas veces ni siquiera son de fuera, pues los abuelos y abuelas malagueños también se benefician de la belleza de nuestra tierra. Pero me congratula saber que nuestros dirigentes empiezan a tratar a las personas mayores de forma diferente, y no solo como si fueran un grupo de jovencitos locos por salir de casa y despendolarse en tierra ajena. Porque los mayores del siglo XXI ya no son los abuelos de generaciones anteriores, un poco apartados del mundo por sus muchos años de trabajo, predominantemente en el campo; ni necesitan las mismas cosas, ni disfrutan de lo mismo. Hay que adaptarse a los tiempos, todos nosotros, y también las políticas sociales.

Como digo, me congratula bastante ver iniciativas como la de las charlas que se van a realizar muy pronto sobre sexo en la tercera edad. ¿Qué es esto, es que van a hablarle a nuestros abuelos y abuelas de sexo, qué disparate es este? No dudo de que haya muchos que piensen así, puesto que está claro que se está creando toda una nueva discriminación hacia el colectivo de nuestros mayores, la gerontofobia; pero esto es actual, lo de pensar que las personas ancianas tienen que olvidarse del sexo, es una idea que lleva siglos campando entre nosotros. Y mucho más, te lo digo claramente, si son mujeres

Y es que, según los expertos, a todos, pero sobre todo a los que pasan la barrera de los 60, nos falta educación sexual. Pero de la buena, no de la que solo se trata de evitar embarazos no deseados ni enfermedades ETS. Nos falta mente abierta para hablar de sexo, para admitir que es muy necesario vivir nuestra sexualidad a cualquier edad, que la masturbación abre caminos para buscar el placer no solo a solas si no también en pareja muy necesarios… De todo esto no se ha hablado nunca a nuestros padres y abuelos; y las nuevas generaciones, aunque parezca mentira, aún tienen muchos tabúes sobre este tema.

Nos cuesta cambiar nuestra perspectiva, a pesar de que hay muchas señales que nos indican que los abuelos de hoy, y sobre todo las abuelas, nada tienen que ver con las de generaciones anteriores. Por mucho que nos pese, el porno maduras es una de estas cosas, pues no puede ser más claro en lo que les apetece a estas viejas xxx a pesar de tener un cuerpo flácido y lleno de arrugas. Habrá quién diga que el porno online no es real, que solo son actrices interpretando un papel; y yo digo que, si el sexo maduras es tan buscado y esta pornografía tiene tanto éxito, por algo será. Para empezar, porque las mujeres mayores ya no son unas ancianas decrépitas con solo cumplir los cuarenta, como pasaba antes; ahora, las madres, e incluso las madres de nuestras madres, son señoras activas y que se cuidan en la medida de sus posibilidades, con lo que te puedes encontrar pibones que fácilmente pueden doblarte la edad, y tú ni te enteras. El buen nivel de vida del primer y segundo mundo deben servir de algo, ¿o no?

El sexo en la tercera edad no es ninguna tontería, más allá de las convenciones sociales. Prejuicios fuera, y con el testimonio de muchos científicos en la mano, resulta que los beneficios de tener sexo más allá de la jubilación son indiscutibles y bastante abundantes. Y no solo a nivel físico, sino también psicológico; el bienestar y el buen estado anímico después de echar un buen polvo no es exclusivo de la gente joven, para que lo sepas.